octubre 24, 2009




"And I still remember thinking how lovely it could be
to hold you for an eternity
or at least until you fall asleep."
I still remember.
MPH

Es como si hubiéramos estado cerca o muy dentro, como si hubiéramos, casi, podido tocarlo con alguna porción de la epidermis, como si se hubiera hecho un día verdad la calma, la fe, y entendiéramos las palabras que nombraban los místicos. Bastaba con sentarse con las piernas colgando sobre el negro del río. Bastaba solamente con pasear una iglesia por dentro y un roce de las manos. Nos gustaba irnos al café de la estación donde no había más que esa gente sórdida y extraña que hay en las estaciones. Gente con bolsas de plástico o la camisa sucia y los cordones sin atar. Señoras que en lugar de los labios se pintan el contorno de la boca de un carmín muy vivo. Y nos bastaba así. Nos bastaba con eso y caminábamos como nunca nadie ha caminado hasta entonces. Creíamos esos días que era el secreto más grande de la Tierra. Creíamos por fin entenderlo todo. "Nous sommes tous morts." Y eso bastaba. Darle vueltas despacio a algo que se calienta al fuego. Mirar el humo saliéndonos de las bocas. Desayunar muy tarde y en pijama. Saltarnos horas en la oficina. Ponerme tu jersey tantas tallas más grande. Esperarlos a ellos. Verlos venir. Amar la casa. Habitar la casa. Mirarla a ella cuidar la casa. Arrancar una fruta del jardín y sin lavar, llevársela a la boca. Sentir en la boca el tacto de la tierra. El gusto de la tierra. Entenderlo todo. El silencio de haberlo entendido todo. La incapacidad, esos días, de la palabra. Y no entiendo cómo es posible que ahora sea todo aquello un lugar intocable. Un lugar al que nunca se podrá ya volver. Cómo basta con hacer una cola de muy pocos minutos y subirse a un avión de seis de la mañana. Y recordar ahora con un dolor desconocido los minutos que pasaban en un pasado exacto. Hacer sin parar cálculos temporales hacia un futuro inverso. Decir: Si ahora fuera ayer, exactamente ayer a estas horas, estaría en el desván con las piernas colgando sobre el vacío del Sambre. Pensar: Hace una semana estábamos en una sala de cine llorando frente a Chaplin. Y así sucesivamente. Recorrerlo todo al revés, desde justo aquí hacia atrás, sabiendo que es un recorrido insano, doloroso, un remedio efímero, finito, que tarde o temprano habrá que detener.

octubre 07, 2009

"Now that the dreams have given all they had to lend
I want to know do I stay or do I go"
Nico. The Fairest of the Seasons.

Me voy para que aún queden hombres buenos en la tierra. Me voy porque hemos escuchado demasiadas veces Cat Power diciendo "I will miss your heart so tender". Me voy, abandono la casa, el río, los puentes, a la madre de Magritte y con la bici ponerme la primera en los semáforos. Abandono la Place d'Armes, la rue du Pont, el café Novo en Bruselas. Las visitas. Se acabó tenerte enfrente en terrazas de Europa y verte acercar una magdalena al té caliente de la taza. Ya has venido, te has ido, ya conoces mis espacios. Poco a poco no para de llover y de vaciarse la ciudad poco a poco. No para de llover. Te dejé en el aeropuerto y desde entonces está lloviendo siempre. Llueve en los cines, en el Sambre, en las bocas del metro. Me resguardo en la música de las tiendas de ropa. Llueve mucho y estamos siempre mojados y hablamos menos. Así que he decidido irme. Es mentira que haya decidido irme. Tengo que irme. Pero me voy para que aún queden hombres buenos en la tierra, para que Nico no suene ya nunca como anoche en el salón, para amar de lejos "this love forever."