enero 18, 2012

Taijitu

Es cierto que existen el índice de Gini, un agente patógeno, todo lo que es mentira y se nos vende en un paquete perfecto y sin aristas con purpurina y lazos de colores, con luces fluorescentes, espectáculo. Es verdad que acabo de leer algo y creo en todo eso que explica sobre el método Chomsky, las manos, los diamantes. Creo también que es cierta la asepsia, la producción en masa y una equivocación profunda y general como el miedo que nos han vendido a todos. Además de todo pienso que es imposible distinguir los sujetos del verbo quién ha vendido a quién quién ha comprado es víctima quién no. Se ha inventado sobre todo un reparto perfecto de responsabilidad, la culpa ya no existe porque cada gesto es pequeño, todo se hace en cadena y resulta inocente casi hermoso comprar un pan de molde en un supermercado. Así todo es pasivo impersonal rápido y parece que apenas pesa. Pero a pesar de todo existen todavía las casas con reglas sencillas. Una granja en Sferci con ocho vacas con nombre que dan leche y muy pocos kilómetros de viñas que se cuidan con las manos protegidas por la albahaca. Existen también bancos de tiempo, lo que se da porque sí, gente que respira tranquila, que toca con los ojos los ojos, esa fuerza invisible bañando todas las cosas. Y leer por ejemplo que el canto de una ballena acelerado coincide en sus ondas con la misma tercera menor de los paseriformes. Los agujeros negros vibran en si bemol y se repite la geometría perfecta de una espiga de trigo en todas las caracolas. La dualidad existe y a lo mejor no se puede la huida o no hace falta porque basta quedarse quieto respirar nutrir lo que sí sabiendo lo que no.