Habito un desorden, como en Línea 1, pero sin armas, quiero decir sin drogas. Tengo el sueño en los párpados y un terrón de azúcar recién nacido de Montmartre. Me niego la autopena, la self-pity que dicen aquí. Me tomo cada hora (aprox) la temperatura. Parece cierto que no tengo fiebre.
Felices veinte, Eme, felices veinte.
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