mayo 23, 2008


No me gusta tener ese dolor y que lleve tu nombre. Buscarte entre las caras. Te esperé, me preguntó él: ¿Ya? Y yo: No, espera un poco. Y esperamos. Eran exactamente las 18.38 en mi reloj cuando dije que sí, que bueno, que si quieres ya. Pensaba tanto si estarías que ni siquiera escuché los primeros acordes. Sólo pensaba: ¿Estará? A veces perdía la atención si me parecía que alguien eras tú. Pero nadie eras tú. Estaban todos, me miraban sonriendo, alguien grababa un vídeo y me decían, alguien me dijo: ¿Lloras? Y yo pensé que a lo mejor eso quería decir que estaba llorando. Luego bebimos hasta tarde, hemos dormido con ropa sobre la moqueta de la habitación uno, he montado en bicicleta, ha salido el sol cerca del lago y me duele, no me duele tanto el dolor como que tenga tanto que ver contigo.

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