diciembre 29, 2006
Bigmouth strikes again
diciembre 26, 2006
Sé que te gusta esta foto
Me gusta el verde
Perdón
Nunca has entendido que se caigan copas de vino y quede roto el cristal y él le saque una foto de luces amarillas y te quede un vidrio roto entre labio y labio y te lo quites mirándote mucho el dedo, extrañada del vino, preguntando por sangre. Nunca has entendido que las cosas estallen en mil pedazos o que te salgan ojeras si tienes gripe. Nunca has entendido que la belleza sea frágil, bastante difícil es creer en la belleza, la leve sensación, a veces, de poseerla o crearla, o haberla hallado, en bruto, en medio de un libro, un fotograma, algún acorde. Por eso no entiendes que se rompan botellas en los suelos de los bares y se te resbale un pie ebrio y pise allí donde estaba el salto, el agua etílica, ese charco de barro y pies sucios, y caer entonces más con las manos que con otra cosa y recogerte a ti misma y quitarte el cristal del meñique y comprobar la movilidad de la muñeca y pasarte ya la noche llorando. Y que nadie comprenda por qué tú no puedes entender que la gente tropieza, la gente cae, las cosas se rompen y la belleza es más efímera que frágil. Era sólo eso.
Una carta
Sweeps the pillow clean
So rest your head and read a treasured dream
I care for no one else but you
I tear my soul to cease the pain
I think maybe you feel the same
What can we do?
I'm not quite sure what we're supposed to do
So I've been writing just for you
They say your life is going very well
They say you sparkle like a different girl
But something tells me that you hide
When all the world is warm and tired
You cry a little in the dark
Well so do I
I'm not quite sure what you're supposed to say
But I can see it's not okay
He makes you laugh
He brings you out in style
He treats you well
And makes you up real fine
And when he's strong
He's strong for you
And when you kiss
It's something new
But did you ever call my name
Just by mistake?
I'm not quite sure what I'm supposed to do
So I'll just write some love to you
diciembre 23, 2006
No temas, pero anoche había que releer el barro
(...)
“Voy a ducharme”, dijo ella. Él levantó un poco la mirada y se colocó bien las gafas. Se estaba durmiendo. “Voy a ducharme”, dijo ella. Y la miró sonriendo un poco, callado, para después ponerse de lado y sujetar el libro con una sola mano.
Mientras se inundaba la bañera, atascada, vieja, se iba poniendo el agua negra y ella se frotaba con fuerza y jabón el pelo para que no quedaran restos. Mientras le corría el agua por los muslos y las piernas, pensaba en qué quería decirle. No sería fácil. Realmente hay cosas que no es tan importante decir, que no es tan importante callar. Pero lo peor es sentir que uno es mentira. No que los demás lo sientan, lo peor es sentirlo en uno mismo. Entonces le costaba acostumbrarse a la aspereza del barro entre los dedos de los pies, acostumbrarse a tocarse la cara si sabía que no era verdad. Y además, cobarde, una cobarde mentira que ahora se subía a la pata coja sobre una báscula de otro tiempo. La aguja inestable por su desequilibrio y finalmente dejar caer el pie en el suelo y apoyarse en la mampara de la bañera y mirarse los pies desde allí. Ni siquiera miró la cifra que marcaba la aguja temblona.
(...)
Dos. El barro.
9ºC
y yo estaba solo en casa
sin saber lo que pasaba,
y no me llamaste ni una sola vez.
Y me preguntaba que estarías haciendo,
y me mataban los celos
cada vez que alguno de estos
me decía cualquier cosa sobre ti
Y me fui hasta la playa
para ver lo que pasaba
y te estuve persiguiendo
comprobando si era cierto
lo que todos me decían sobre ti.
Un verano que fue una pesadilla,
Si me acuerdo,me duele todavía
Y pensaba en destrozarte todo el tiempo.
hasta que te oí diciendo,
cuánto me echaste de menos
y que no te habías podido despedir
Porque nunca pasa nada
nada como esperaba
Cada vez que intento hacerlo
apereces justo en medio,
y salta por los aires
cuanto planeé.
Intentando olvidarme cada día
y acordándome el resto de mi vida
un verano que fue una pesadilla,
si me acuerdo me duele todavía
Tantas cosas
o el día siguiente
entonces no salimos jamás de lo oscuro, de ese salón de luces tibias
y a veces tan de hielo
y a mí se me llenan las horas de un tiempo sin tiempo, un tiempo a medias, un tiempo encogido, de átomos, lleno de días sin comer, o comiendo sólo para quitarnos el hambre, vamos a los bares por el precio y no por la música ni la calidad del alcohol, sólo a los bares que parecen tabernas, y botellas de vino en vasos de otro tiempo, o sólo bares donde sale a un euro la caña y podemos jugar al ajedrez
- estoy harta de perder sin ver más allá de lo que muevo -
y entonces nosotros paseando en lugares sin precio, o yo haciendo fotos de río y jurando que no volveré al marco del espejo y pidiéndote perdón y recordándote en esa sala de espera y lo frías que tenías las manos y cómo nos rompimos y cómo te dije
amor, dos puntos,
y cómo todo lo demás, y esta semana ha sido así, todo lleno de horas y llantos que no esperábamos, y las mandíbulas tan apretadas, y tu cama distinta, y todo distinto, y no es el mejor momento
- qué resaca -
sé que no es el mejor momento para hablar aquí, para hablar de todo, sé que debería dormir
- o callar -
sé que debería maldecir la Navidad y sus horas, sus nieves, el crepitar de una chimenea de infancia y una silla en la que ya jamás podré volver a sentarme
- no es nostalgia, no te enfades -
no te enfades nunca, no te enfades hoy, no te enfades anoche porque me pierdo y crees que me he ido para no volver
- sólo estábamos jugando al ajedrez, pero no del modo en que jugamos tú y yo, era mucho menos que eso -
no te enfades el miércoles por la noche cuando temo y te lloro y tú me traes a mí con los labios en mis sienes
no te enfades mañana cuando leas esto, o el día en que puedas leer sin dolor, no te enfades porque verte así, ojos pequeños, manos heladas, bufanda hasta más abajo de la cintura, no te enfades porque verte así me pone triste
- tan triste -
y ahora no tengo el cuerpo para tristezas, me lo dicen los ojos medio cerrados, la torpeza de las teclas, dudar de alguna tilde o si esta palabra o mejor la otra, ser consciente de que no, no lo estoy haciendo bien, ni estoy escribiendo bonito, pero
amor, dos puntos, esta semana ha tenido tantas noches
no te dejes convencer por mis ausencias, no dejes que tema ese temor que alimentas entre los ojos
- se te ponen tan pequeños -
no te dejes temer, no te permitas dudar, y sé que debería decírtelo, seguramente, más tarde, en otro sitio, y no hacer de esto un trozo de letras, lo que hago siempre, tú ya sabes que si ahora pudiera pensar, si no tuviera que respirar con la boca abierta, estaría muy enfadada
enfadada como para subirme a la barra
- y no a esa mesa llena de botellas y vasos a la que me subí -
subirme a la barra y patalear como sólo tú me has visto patalear a veces, y tirar cristales, como los que rompimos, ya no me acuerdo dónde, sé que todos nos miraban, como cuando meamos
- y tú no measte, tú siempre mejor, menos vergüenza, más discreto -
como cuando meamos en mitad del bar lleno de tunos y botellas que me metía en el bolso
- creo que las perdí -
y todo se hizo un charquito de orines nuestros, de los tres y sus sombras del otro lado de la puerta, y vosotros haciendo una barrera para que nadie me viera, para que no supieran que eso no se hace, que para algo están los baños, que parece mentira que hayas trabajado en bares
- sé que no había que hacerlo -
pero estaría enfadada como cuando me enfado de verdad y golpeo tu mesa blanca y tiro al suelo la carpeta azul, o doy con el puño en tus cristales y después me tiro a tu almohada para recuperar la calma, enfadada como para subirme a esa barra sucia en la que todo se puso feo, en la que tú creíste perder, y gritarle a todos que dónde, joder, dónde coño está mi novio, que quiero respirar, que necesito balcones, o alturas, me hubiese subido a la barra y hubiese tirado cristales, botellas hasta que todos se apartaran y entonces sólo quedaras tú, en esa esquina invisible, aislado y prohibido como tú sentías que estaba yo
y todo el mundo mirándome como cuando me miras tú, como cuando te pregunto si piensas que estoy loca y entonces me siento fatal y me derrumbo y respiro cerca de tu cuello para poder volver a respirar, exhausta
- cansada de mí -
pero no te enfades así, no te enfades como me habría enfadado yo, no lo odies a él como yo la hubiese odiado a ella, ni me llores a mí como te hubiese llorado yo, no me hagas que te explique cómo fue todo, no me preguntes, no me pongas los labios en los míos y me digas justo eso que te pedí que no dijeras
- tienes derecho, tanto derecho -
pero ojalá entiendas que sólo tú
amor, dos puntos, sólo tú porque estos días, estas noches, han sido tan extraños, que ojalá entiendas que yo contigo, tú hablándome de sentir y yo sintiendo en ti, o no en ti, no importa, y después las canciones de siempre y querer volver a cuando todo estaba bien
- sé que hay días en los que todo está bien y no me levanto como me levanté hoy -
sé que hay días en los que no sueño feo ni te tiemblo entre las piernas, sé que hay días en los que todo es más que nunca, más que antes y entonces sabemos volver, y esos días son anoche, anoche tú hermoso, tú ojos tristes y luego grandes, tu cuerpo y el colchón, sé que no sabes bien ahora si estás enfadado o triste, pero sé que nada de eso vale la pena.
Ahora tu ausencia.
Ahora estos días entre tú y yo, a presión. Días entre nosotros que no deberían estar
y te estará echando de menos esta luz, y te estaré echando de menos en noches que ya no espero extrañas
- no tan extrañas, por favor -
y que no pueden ser iguales si no comemos del mismo aire, si no habitamos las mismas casas, esos espacios oscuros, que a veces huelen a fruta, y en los que siempre parece de noche, siempre de noche, quizá por eso a veces pierdo los días,
te estaré echando de menos.
Y es tan cierto que sólo tú...