diciembre 23, 2006

Tantas cosas

Últimamente vivimos en casas sin luz, pero estamos allí porque podemos ser juntos. Comemos sólo hasta quitarnos el hambre y guardamos los restos hasta la noche
o el día siguiente
entonces no salimos jamás de lo oscuro, de ese salón de luces tibias
y a veces tan de hielo
y a mí se me llenan las horas de un tiempo sin tiempo, un tiempo a medias, un tiempo encogido, de átomos, lleno de días sin comer, o comiendo sólo para quitarnos el hambre, vamos a los bares por el precio y no por la música ni la calidad del alcohol, sólo a los bares que parecen tabernas, y botellas de vino en vasos de otro tiempo, o sólo bares donde sale a un euro la caña y podemos jugar al ajedrez
- estoy harta de perder sin ver más allá de lo que muevo -
y entonces nosotros paseando en lugares sin precio, o yo haciendo fotos de río y jurando que no volveré al marco del espejo y pidiéndote perdón y recordándote en esa sala de espera y lo frías que tenías las manos y cómo nos rompimos y cómo te dije
amor, dos puntos,
y cómo todo lo demás, y esta semana ha sido así, todo lleno de horas y llantos que no esperábamos, y las mandíbulas tan apretadas, y tu cama distinta, y todo distinto, y no es el mejor momento
- qué resaca -
sé que no es el mejor momento para hablar aquí, para hablar de todo, sé que debería dormir
- o callar -
sé que debería maldecir la Navidad y sus horas, sus nieves, el crepitar de una chimenea de infancia y una silla en la que ya jamás podré volver a sentarme
- no es nostalgia, no te enfades -
no te enfades nunca, no te enfades hoy, no te enfades anoche porque me pierdo y crees que me he ido para no volver
- sólo estábamos jugando al ajedrez, pero no del modo en que jugamos tú y yo, era mucho menos que eso -
no te enfades el miércoles por la noche cuando temo y te lloro y tú me traes a mí con los labios en mis sienes
no te enfades mañana cuando leas esto, o el día en que puedas leer sin dolor, no te enfades porque verte así, ojos pequeños, manos heladas, bufanda hasta más abajo de la cintura, no te enfades porque verte así me pone triste
- tan triste -
y ahora no tengo el cuerpo para tristezas, me lo dicen los ojos medio cerrados, la torpeza de las teclas, dudar de alguna tilde o si esta palabra o mejor la otra, ser consciente de que no, no lo estoy haciendo bien, ni estoy escribiendo bonito, pero
amor, dos puntos, esta semana ha tenido tantas noches
no te dejes convencer por mis ausencias, no dejes que tema ese temor que alimentas entre los ojos
- se te ponen tan pequeños -
no te dejes temer, no te permitas dudar, y sé que debería decírtelo, seguramente, más tarde, en otro sitio, y no hacer de esto un trozo de letras, lo que hago siempre, tú ya sabes que si ahora pudiera pensar, si no tuviera que respirar con la boca abierta, estaría muy enfadada
enfadada como para subirme a la barra
- y no a esa mesa llena de botellas y vasos a la que me subí -
subirme a la barra y patalear como sólo tú me has visto patalear a veces, y tirar cristales, como los que rompimos, ya no me acuerdo dónde, sé que todos nos miraban, como cuando meamos
- y tú no measte, tú siempre mejor, menos vergüenza, más discreto -
como cuando meamos en mitad del bar lleno de tunos y botellas que me metía en el bolso
- creo que las perdí -
y todo se hizo un charquito de orines nuestros, de los tres y sus sombras del otro lado de la puerta, y vosotros haciendo una barrera para que nadie me viera, para que no supieran que eso no se hace, que para algo están los baños, que parece mentira que hayas trabajado en bares
- sé que no había que hacerlo -
pero estaría enfadada como cuando me enfado de verdad y golpeo tu mesa blanca y tiro al suelo la carpeta azul, o doy con el puño en tus cristales y después me tiro a tu almohada para recuperar la calma, enfadada como para subirme a esa barra sucia en la que todo se puso feo, en la que tú creíste perder, y gritarle a todos que dónde, joder, dónde coño está mi novio, que quiero respirar, que necesito balcones, o alturas, me hubiese subido a la barra y hubiese tirado cristales, botellas hasta que todos se apartaran y entonces sólo quedaras tú, en esa esquina invisible, aislado y prohibido como tú sentías que estaba yo
y todo el mundo mirándome como cuando me miras tú, como cuando te pregunto si piensas que estoy loca y entonces me siento fatal y me derrumbo y respiro cerca de tu cuello para poder volver a respirar, exhausta
- cansada de mí -
pero no te enfades así, no te enfades como me habría enfadado yo, no lo odies a él como yo la hubiese odiado a ella, ni me llores a mí como te hubiese llorado yo, no me hagas que te explique cómo fue todo, no me preguntes, no me pongas los labios en los míos y me digas justo eso que te pedí que no dijeras
- tienes derecho, tanto derecho -
pero ojalá entiendas que sólo tú
amor, dos puntos, sólo tú porque estos días, estas noches, han sido tan extraños, que ojalá entiendas que yo contigo, tú hablándome de sentir y yo sintiendo en ti, o no en ti, no importa, y después las canciones de siempre y querer volver a cuando todo estaba bien
- sé que hay días en los que todo está bien y no me levanto como me levanté hoy -
sé que hay días en los que no sueño feo ni te tiemblo entre las piernas, sé que hay días en los que todo es más que nunca, más que antes y entonces sabemos volver, y esos días son anoche, anoche tú hermoso, tú ojos tristes y luego grandes, tu cuerpo y el colchón, sé que no sabes bien ahora si estás enfadado o triste, pero sé que nada de eso vale la pena.
Ahora tu ausencia.
Ahora estos días entre tú y yo, a presión. Días entre nosotros que no deberían estar
y te estará echando de menos esta luz, y te estaré echando de menos en noches que ya no espero extrañas
- no tan extrañas, por favor -
y que no pueden ser iguales si no comemos del mismo aire, si no habitamos las mismas casas, esos espacios oscuros, que a veces huelen a fruta, y en los que siempre parece de noche, siempre de noche, quizá por eso a veces pierdo los días,
te estaré echando de menos.
Y es tan cierto que sólo tú...

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