Tengo tantas cosas hoy que no sé cómo empezar, cómo contar. El gato, cómo temblé, las tripas recorriéndole la carretera, el coche y las luces, vosotros esperándome, el recital y la cerveza - gracias, Carlos Vitale - el recital y la cerveza, luego las sombras - eran hermosas, sí -, Las aventuras del príncipe Achmed y nosotros como niños, tú en alemán, yo cerrando a ratos los ojos - de nervios - y las sombras, las luces, el amarillo y el piano de cerca, violonchelo y percusión. Cómo sonó todo. Cine mudo y a la cama. Los sueños, niños gordos que me besan en inglés, arañas de goma, el cuervo en la silla, la ventana abierta, sólo noche, el miedo y las plumas, la cerveza y mi casa, lo que no es mi casa, la tuya y tu luz, lo verde y un lápiz, ropa de otros olores, lo que fueron otros días, los sueños, los malos sueños, temblar despierta toda la noche - y menos mal que tú -, que me beses los ojos y decir que no se acaba el sol, la extrañeza de ya no estar sola - por primera vez, no sola, no sé qué es - y los sueños, otra vez, los malos sueños de infancias, bichos con pico, gatos heridos, casi muertos, eso no fue un sueño, ¿verdad?, no me gusta romperlo todo con una interrogación. Pido disculpas. Episteme es una palabra. Episteme es una palabra que. La entrevista - la no-entrevista. Ababol y la vida en los rincones. Mi madre con libros. El coche. El maletero lleno y yo yéndome. La clase de hoy - je viens de. Dormir hasta las doce. Y la puerta: Son las doce. Y él casi madre, tan tierno, diciendo que son las doce, llamando a la puerte y: Marisa, son las doce. Cómo adoro vuestra casa. Cómo me gusta dormir, desayunar allí. Y que hablemos hasta la hora de comer. Cómo fue un refugio y ahora es casi sola, la única, la casa y vosotros. No sé si hoy salir. Y estoy aquí, y detesto este lugar, les dije en cuanto he llegado. Y mi madre que no hable así, que todo tiene cosas buenas, cosas malas, y yo la mano en los ojos. Quiero ducharme. Hemos comprado luces nuevas. Y quiero Antunes y colchón, quizá David y Claudia, para pensar en ti (o Desorden, ahora es nueva), quizá acostarme recordando la calidez de las tazas del club de lectura - Comala, para mí mejor Comala -, tazas, invierno. Y de nuevo no bajamos de los 15º. Esto no es diciembre. Esto no es un mes. Un mes ya. Un mes ya de luces verdes. Tú me entiendes. Y anoche 13º. Anoche 1.33. Hasta que y 34. Menos mal que y 34. Y tu mano en el hombro - en la cama - y cómo han ido colgando ya las luces. Hemos comprado luces nuevas. Con qué ternura dice Antunes, hace Antunes que diga - él - Iolanda. Y todo el día Iolanda (Yolanda) en la cabeza. Como si fuera sólo una canción. Después Piensa en mí en vuestro pasillo, después del postre, despedirme de vosotros, cómo adoro vuestra casa, ya es hogar, el más hogar, el único hogar. Tantas cosas que no sé cómo empezar. Ducharme. Quizá salir. Aún no lo sé. Pero ya estoy en este sitio. Este estado en el que todo corre más de lo que puede. Y sabemos - yo sé - que eso no es bueno. Que luego viene el grito, y algunas camas incómodas y eso, a veces, no permite respirar.
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