abril 25, 2008

Sold Out


No sé si de verdad querías venir conmigo. En todo caso, habríamos llegado tarde. Nunca salen los trenes de aquí a la hora que se espera. Habrías murmurado una blasfemia contra la puntualidad británica - perdón, no contra, sobre- y habríamos ocupado cada uno el extremo de un vagón en el metro desde Liverpool Street, sin mirarnos. Al llegar al Hoxton Hall tuve - perdón, habría tenido - ese nudo en la garganta. Y tú con las entradas en la mano, preguntando que dónde, explicándomelo a mí. Luego lloré un poco, sólo un poco sin que te dieras cuenta. Fue con esa canción que siempre escucho. Y siempre me hace llorar. Me hace llorar aún más si es el Hoxton Hall y es 24 de Abril en Londres. En la vuelta apenas hablamos. Sólo para pedir el taxi en la North Station. Luego te veía mirar, desde el calor del coche, el relente en los lagos, en el césped y en el cemento de este lado de acá, de tan acá. Qué pena que hace ya tanto entraras a aquella cocina - era otro lugar, otro calor. Te recuerdo de manga corta, sentándote cerca, ofreciendo tu ayuda. Yo te dije que no mientras lavaba un racimo de algo, y entonces fue cuando dijiste, te oí decir: By the way... Sold out.

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