Nunca he entendido la imperfección aunque supongo que creo que tiene algo que ver con la muerte. Pero nunca he entendido
Perdón
Nunca has entendido que se caigan copas de vino y quede roto el cristal y él le saque una foto de luces amarillas y te quede un vidrio roto entre labio y labio y te lo quites mirándote mucho el dedo, extrañada del vino, preguntando por sangre. Nunca has entendido que las cosas estallen en mil pedazos o que te salgan ojeras si tienes gripe. Nunca has entendido que la belleza sea frágil, bastante difícil es creer en la belleza, la leve sensación, a veces, de poseerla o crearla, o haberla hallado, en bruto, en medio de un libro, un fotograma, algún acorde. Por eso no entiendes que se rompan botellas en los suelos de los bares y se te resbale un pie ebrio y pise allí donde estaba el salto, el agua etílica, ese charco de barro y pies sucios, y caer entonces más con las manos que con otra cosa y recogerte a ti misma y quitarte el cristal del meñique y comprobar la movilidad de la muñeca y pasarte ya la noche llorando. Y que nadie comprenda por qué tú no puedes entender que la gente tropieza, la gente cae, las cosas se rompen y la belleza es más efímera que frágil. Era sólo eso.
Perdón
Nunca has entendido que se caigan copas de vino y quede roto el cristal y él le saque una foto de luces amarillas y te quede un vidrio roto entre labio y labio y te lo quites mirándote mucho el dedo, extrañada del vino, preguntando por sangre. Nunca has entendido que las cosas estallen en mil pedazos o que te salgan ojeras si tienes gripe. Nunca has entendido que la belleza sea frágil, bastante difícil es creer en la belleza, la leve sensación, a veces, de poseerla o crearla, o haberla hallado, en bruto, en medio de un libro, un fotograma, algún acorde. Por eso no entiendes que se rompan botellas en los suelos de los bares y se te resbale un pie ebrio y pise allí donde estaba el salto, el agua etílica, ese charco de barro y pies sucios, y caer entonces más con las manos que con otra cosa y recogerte a ti misma y quitarte el cristal del meñique y comprobar la movilidad de la muñeca y pasarte ya la noche llorando. Y que nadie comprenda por qué tú no puedes entender que la gente tropieza, la gente cae, las cosas se rompen y la belleza es más efímera que frágil. Era sólo eso.
1 comentario:
Lápiz:
qué le falta al bol para ser taza?
magnífico,querida eme, la belleza y la imperfección, la mortalidad. La historia del arte, ya lo dijo Pedro, es un relato lleno de engaños y compasiones. No sé en qué pensabas, si fue por el dolor de ojos o por su disminución progresiva a causa de la fiebre pero eso de que la imperfección tiene que ver con la muerte...ha sido "francamente" Te pasaré algo sobre lo sublime en el arte.Como sigas así vas a ser cita constante en todos los libros y en las sopas de letras sólo se podrá formar tu nombre, sílaba a sílaba deconstruído.
el asa, respondiste. quesito marrón.
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