febrero 10, 2008

Decepción

"(...) porque soy capaz de caminar una hora bajo el agua si en algún barrio que no conozco pasan Potemkin y hay que verlo aunque se caiga el mundo, Rocamadour, porque el mundo ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero, si uno se ordena como un cajón de la cómoda y te pone a ti de un lado, el domingo del otro, el amor de la madre, el juguete nuevo, la gare de Montparnasse, el tren, la visita que hay que hacer."
Julio Cortázar. Rayuela.

Si yo pudiera escribirte ahora, Rocamadour, si no fueras ya un bebé hecho ceniza, si yo fuera un poco más la Maga, estaría decepcionada de verdad con el mundo. Te diría que hay algo de fraude en todo esto, en todo, te diría que incluso ver a un ángel blanco caer de espaldas en pleno centro de Londres tiene algo de mentira. Rocamadour, bebé, bebé, te diría yo, la gente engaña, la gente se ordena como un cajón de cómoda y se deja siempre fuera la belleza. Rocamadour, tú no cabrías ahí, la gente se ordena y tiene compartimentos, tiene por ejemplo el trabajo, las horas de tele o de monte y acaba siempre todo en un punto medio que decepciona, en una cosa que no se parece a los libros o al cine y entonces llega alguien que acabo de conocer y me dice: No puedes estar siempre esperando la vida, pensando que es esa cosa que está en cualquier otra parte. No sé, Rocamadour, si yo fuera tú o la Maga, si yo no fuera también otro cajón de cómoda, tendría ahora mismo un enfado terrible con el mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y lo tienes, y eres un cajón de incómoda.

Hank