diciembre 22, 2009
diciembre 21, 2009
la duda
diciembre 14, 2009
Usted está (otra vez) aquí
noviembre 20, 2009
noviembre 06, 2009
Derviche
No sé cómo explicarlo porque empezar a explicarlo es ya dejar un poco de entenderlo, de estar dentro, tan cerca. Detenerse y sentarse, hacerlo verbo, tinta, es ya volverse del lado equivocado. Aunque supongo que es inevitable, por la falsa esperanza (y sabes bien que falsa, por eso no entiendes seguir) de que dure aún un poco, de fijarlo, de dejarlo quieto. Mirarlo danzar, girar, girar sabiendo que él está en un punto justo del infinito que tú no conoces, que a lo mejor casi nadie conoce. Saber que él está ahí y que no está ahí. Verlo danzar y olvidar el propio cuerpo, y recordarlo tan solo porque hay algo caliente que te arde en la mejilla y que te baja a los labios y sientes el sabor a sal como si fuera el sabor primero de la tierra. Es imposible explicarlo. Explicarlo es casi hacerlo mentira, negar la belleza del rito. Pero cómo guardarse dentro el blanco de su ropa plegándose en el aire, casi empezando el vuelo. Cómo es posible haberlo visto y sentido la sal, escuchado la música en los poros, y llegar a la cama sin haber intentado antes hacer que aún dure un poco, que no se te olvide la paz de la danza, la claridad que tú sabías del lado de sus ojos, que a veces conseguías confundir con los tuyos.
octubre 24, 2009
"And I still remember thinking how lovely it could be
to hold you for an eternity
I still remember. MPH
octubre 07, 2009
I want to know do I stay or do I go"
Nico. The Fairest of the Seasons.
septiembre 29, 2009
Noordzee
septiembre 17, 2009
Rentrée
Lilacs out of the dead land, mixing
Memory and desire, stirring
Dull roots with spring rain. (...)
T.S. Eliot. The Burial of the Dead
septiembre 06, 2009
La casa entera huele a café. Es completamente domingo en la casa. Él fabrica algo con las manos cerca de la luz. Un dibujo, una carta o un cigarro. Ella hace mermelada en la cocina. El cuerpo del gato sobre mi propio cuerpo. El vinilo de Brassens amplificado por sus cuatro altavoces de alta calidad. Cerrar los ojos y escuchar es estar en el centro del domingo. No tenemos hambre. No comemos. Él dibuja y bebemos café. El gato respira con una tranquilidad casi humana. Lo noto vibrar sobre las piernas, darme calor. A veces todo cobra esa fuerza. La música va más allá de la música y pienso que esta calma se parece al silencio. Sé que el tiempo existe todavía porque a ratos me llegan las campanas. La catedral cubierta de nubes, la cúpula verde de la catedral es lo único que recuerda que el tiempo existe todavía. Él termina el dibujo y abandona la luz. El gato sigue respirando como si él también lo notara, como si para él también fuera de esa forma domingo y lo supiera y respirara así tranquilo en su existencia y en las erres de Brassens.
septiembre 02, 2009
Múm
agosto 18, 2009
julio 18, 2009
Segway o la madre de Magritte
julio 12, 2009
julio 10, 2009
On soupe ?
junio 29, 2009
Deconstrucción
junio 16, 2009
Bellis perennis
Hondura
de El pozo y la estrella
junio 15, 2009
El Inmaduro
De Resurrección
"Me pasa siempre, y duele, y confunde. Debe ser algo relacionado con la desesperación de vivir. Si estoy en Barcelona, me gustaría estar en Madrid.
Si estoy en Zaragoza, me gustaría estar en La Coruña. Si estoy en La Coruña, me gustaría estar en la cima del Aneto, comiendo setas venenosas bajo el cielo helado. Si voy al cine, en mitad de la película me entran unas ganas revolucionarias de estar en mi casa viendo la televisión. Si estoy sentado en el sofá viendo la televisión, me gustaría estar muerto y enterrado en el cementerio, contando los días que faltasen para la resurrección de la carne.
Todo me persigue, ciudades, cines, casas, cementerios. Si estoy con amigos, preferiría estar con amigas. Si estoy con amigas, me gustaría estar con enemigas. Si estoy con enemigas, me gustaría estar en casa durmiendo la siesta. Si me compro unos zapatos con cordones, en que salgo de la tienda y ando por la calle empiezo a envidiar a todos aquellos que llevan zapatos sin cordones. Y también me pasa con las camisas, las cazadoras, los pijamas, y las sandalias en el verano. Y también con las vidas: Si me pienso abogado, preferiría ser médico. Si médico, sacerdote. Si sacerdote, hombre casado y con siete hijos. Si casado, soltero. Si soltero, viudo muy apenado. Si viudo, monje. Si monje, matador de toros. Estés donde estés, no has acertado por completo. Siempre hay algo más barato y mejor por ahí. Siempre hay vistas desconocidas en el acantilado de la vida. Me está matando esto de vivir una sola vida. La gran muerte de vivir en una sola forma."
mayo 20, 2009
Y me abandonas, cómo de fuerte me abandonas, me abandonas con la misma fuerza con la que yo te espero y sé, cada vez sé mejor, que ya no vas a venir.
mayo 17, 2009
"La lluvia
parece recorrerme, buscarme la cerviz, bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras que me separan
de tu cuerpo ausente.
[...]"
Que te velen la fiebre, el insomnio y la fiebre. Cuando se sueña así se sueña más intenso y crees de verdad que un perro te devora las manos. Sudas como si eso pasara o como si fuera cierto que recorro el camino que hay de mi casa a la tuya y te busco para que me veles la fiebre. Es mentira que recorro ese camino, ni siquiera existe un camino así (no como el del sueño, lleno de sol y delirios y erupciones de asfalto y cielos rosas). Pero en la fiebre era claro, nítido, cada paso que daba, la conciencia de buscarte, la forma en que llamaba a tu timbre (¿2ºC? No recuerdo si en realidad 2ºC, pero se superpone el sueño, la nitidez del sueño y ya no importa si 2ºC o un piso distinto). De fondo sonaba All Alright mientras yo iba a buscarte y Jónsi pronunciando I'm singin' with you, singing in silence. Yo quería explicarte algo así, algo que a lo mejor coincidía exactamente con todas esas sílabas. No lo sé. Tenía fiebre en tu escalera, buscando desde abajo tu balcón y era como si sólo quisiera decirte (la canción demasiado fuerte, vibrando en el tímpano izquierdo, que es un tímpano herido desde anoche) algo así como I'm singin' with you o let's sing into the years. Y ahora escribo como si no supiera que estoy despierta. Como si siguiera recorriendo ese asfalto y buscándote y pensando en que me veles la fiebre o el insomnio. Escribo sin saber qué hora es en la calle o en tu barrio o en tu 2ºC y si no será verdad que he recorrido ese espacio y te he buscado y al otro lado no había nada.
mayo 03, 2009
Festival
mayo 01, 2009
abril 26, 2009
B.S.O.
1. So Broken. Björk
2. Viorar Vel Til Loftarasa. Sigur Ros
3. Beautiful Boys. CocoRosie
4. Crown of Love. The Arcade Fire
5. Blanca. Nacho Vegas.
6. Seems So Long Ago, Nancy. Leonard Cohen
7. And I Love Her. The Beatles
8. The Court Of The Crimson King. King Crimson
9. Remordimientos. Sr. Chinarro
10. Vanishing Act. Lou Reed
11. I'll Be Your Mirror. Velvet Underground & Nico
12. Rey Sombra. Los Planetas
13. Atmosphere. Joy Division
14. Asleep. The Smiths
abril 24, 2009
The girl with the thorn in her side
abril 08, 2009
06.04.09
05.04.09
abril 07, 2009
04.04.09
que el hombre más cuerdo en la Tierra llegue a enloquecer."
De Con amor y absurdidad. Nacho Vegas
No sé por qué se oían a esa hora - tan temprano - de la tarde los vencejos. Pero sonaban con fuerza en una de las calles de la isla. Yo delante de una tienda de cuero y él ahí, hermoso, su rostro de belleza clásica, ojos claros, diciéndome: "Las hice yo." Imaginé entonces sus manos trabajando ese cuero, y a lo mejor lo notó - yo creo que lo notó - porque agachó la mirada. A ratos anulaba los vencejos un viento marino, de calle estrecha, de tienda de cuero en una calle escondida de Rodas. Me ruborizaba, no sé por qué, la existencia de esas sandalias, la presencia cercana de sus manos. Me sonrió tímido y deseé volver a escuchar algo de su boca y de su acento. Pero no habló. Yo miraba mis pies, los imaginaba desnudos, ciñéndose al cuero negro que sus manos hermosas habían cortado, cosido, en definitiva tocado. El viento no me dejaba pensar, no me permitía oírme, me desordenaba la ropa y el pelo y a él no lo tocaba. Fijé la mirada otra vez en los zapatos, cada vez más suyos, más bellos, que cada vez yo deseaba más. Me turbó ese exceso de deseo. Y en ese instante me fui, sin mirarlo me fui. No sé por qué, pero tuve ya toda la tarde, toda la noche, su imagen entre los ojos y un sabor en la boca - no sé por qué - como el que deja la culpa o el arrepentimiento.
02.04.09
30.03.09
marzo 29, 2009
marzo 14, 2009
Despertares
me basta con tocarte.
A mi lado respira
tu cuerpo de hombre joven
como animal en la naturaleza.
De SI ME DESPIERTO EN MEDIO DE LA NOCHE.
J. A. González-Iglesias
Da igual cuánto tiempo hace que no vengo a la casa. No importa, siempre ocurre lo mismo o casi lo mismo. Me duermo involuntariamente en el sofá. Eso sólo ocurre aquí, esas siestas involuntarias que me inmovilizan durante horas. Cada diez minutos ha sonado el despertador. Cuando no sonaba, yo soñaba que estaba sonando. Cada diez minutos una inmovilización mayor, un dolor como el de llaga abierta de Umbral. No poder, de verdad, salir de esa postura de tristeza. El perro llorando con un llanto casi humano, de niño, porque estamos solos y porque no me reconoce y porque no le gusta que duerma a esas horas del día. A ratos me lame la palma de una mano. Tengo ganas de pedir auxilio, de gritar socorro. Pero hago un esfuerzo y me levanto, dos horas después, y me voy al patio y pongo mi esperanza en el sol. De fondo ruido de tambores y cornetas. Un ruido de infancia y calles a oscuras, de pueblo emocionado y saetas desde la ventana. Pero no lo siento. No siento el sol, quiero decir, ni percibo el sonido con todas las dimensiones que tienen los sonidos. Está el velo entre el mundo y yo otra vez. Detesto esos sueños involuntarios, la inmovilización del cuerpo y del alma a la hora de la siesta. El perro aún llora. En el baño, dejo caer una nube de polvos de talco en mi brazo y los huelo de cerca. Y siento la proximidad irremediable del velo, cómo me cubre, cómo me impide que los polvos de talco huelan a polvos de talco y signifiquen algo más que sólo una inolora sustancia blanca. Se me llena el pecho de una burbuja de aire. El perro llora y lo acaricio. Al perro no le gusta que estemos solos ni que yo me duerma en el sofá. Me dan ganas de juntar mi llanto con el suyo. En lugar de eso, busco algo en la despensa. Pero comer, de golpe, me parece obsceno o me produce náusea. Entonces me acude, sin razón, una frase: Vivre à deux. No como. Me siento en ese escritorio de infancia, de tardes de adolescente resolviendo ecuaciones o versos en latín, y pienso que a lo mejor todo ese consuelo, toda esa cosa que busco y que cura del velo y la campana de Plath puede hallarse nada más que en un à deux, como en los monasterios, en Godard, o en algunos poemas.